Derecho al uso de armas
para distintas actividades.
El derecho a la
posesión de armas esta establecido en la segunda enmienda de la
Constitución de los Estados Unidos, consiste en el derecho a la tenencia, uso y
transporte de armas, con fines defensivos, deportivos, cinegéticos (como medio
de supervivencia o deporte), escolta privada o de otra naturaleza, sin
perjuicio de otras actividades legales que pudieran realizarse con las mismas.
Este derecho suele
estar asociado con Estados Unidos de América, donde está plenamente reconocido
con pocas limitaciones por parte de la ley.
Es el país donde hay
más armas en manos de particulares que en cualquier otro país del mundo. En
realidad sus orígenes son más antiguos y su interpretación original dista de la
actual.
La expresión original,
en inglés, es "right to bear arms". El verbo "bear",
polisémico, equivale aquí a "portar".
Historia
El derecho a la
posesión de armas surgió en Inglaterra en la Edad Media, cuando eran sentados
los precedentes del Derecho anglosajón (Common Law) y la monarquía
parlamentaria. En 1181 Enrique II promulgó una ley que requería a todo hombre
libre a tener armas al servicio del rey. Es decir, el derecho a la posesión de
armas estaba ligado al servicio militar.
En 1689 fue reconocido
el derecho a poseer armas para defensa personal -únicamente para los
protestantes –en la que es su interpretación moderna.
Este derecho formó
parte de la Declaración de Derechos (Bill of Rights) del mismo año, que se
incluye en la actual Constitución no escrita del Reino Unido. El derecho a
poseer armas, como el resto del derecho anglosajón, fue exportado a Estados
Unidos, Canadá, Australia y otros territorios.
Ahora bien, en las
décadas siguientes a la promulgación, el Parlamento británico impuso numerosas
restricciones que acabaron por abolir este derecho. La excepción fueron las
Trece Colonias inglesas en Norteamérica: no sólo lo mantuvieron, sino que la
metrópolis le cedió su regulación a sus autoridades locales. Y con la
Independencia de los Estados Unidos la posesión de armas se convirtió en un
derecho consagrado.
Los partidarios del
control se justifican en el supuesto incremento de la delincuencia y la
criminalidad, un hecho ampliamente discutido, y a menudo apelan también a las
"amenazas a la seguridad nacional".
Por ejemplo, en el
período de entreguerras los estados europeos controlaban las armas como
prevención ante el comunismo, y actualmente el terrorismo islamista es
esgrimido como nuevo argumento.
Por su tradición,
Estados Unidos aplica una solución contraria y permite a los ciudadanos tener
armas para su defensa. De cualquier modo la mayoría de los países se reservan
el control de las armas, impidiendo el acceso a los ciudadanos. Otro motivo
esbozado como argumento para el porte de armas, es que representa una forma
para los ciudadanos de protegerse ante un eventual dominio armado del Estado
por sobre la ciudadanía. Al tener los ciudadanos una milicia, estos se protegen
de un potencial Estado tirano.
Seguro: Suele ser
habitual la obligación de poseer un seguro específico para poseer armas.
Abuso y desviación:
Pueden existir situaciones de abuso o desviación de derecho inicial, como el
cobrar deudas privadas con armas.
Controversia
La Defensa
personal
El desarrollo en la
fabricación de armas, especialmente de las armas cortas, ha agravado el debate
entre la libertad y la restricción al uso de armas.
El acceso a armas
fáciles de usar está en cierta medida relacionado con la delincuencia y la
criminalidad, lo que es un argumento recurrente de los partidarios de la
restricción.
Es decir, para ellos
habría menos robos y asesinatos si la posesión de armas fuese limitada. Los
defensores del derecho a poseer armas afirman que pasaría al revés, porque
nacería un mercado negro de armas, imposible de controlar. Y los ciudadanos que
observasen la ley estarían indefensos ante los malhechores, quienes sí estarían
armados.
Este argumento del
mercado negro se ha probado válido precisamente en países en los que la
vigilancia del estado sobre las armas ha sido más laxa, como las antiguas
repúblicas soviéticas, pero en naciones de Europa Occidental esta situación no
se ha producido y de hecho es más difícil acceder a un arma de fuego ilegal en
cualquier estado de la Unión Europea que en los Estados Unidos, hecho que según
los partidarios del control de armas vendría a contradecir el argumento del
mercado negro.
Más aún, los defensores
consideran que el derecho a poseer armas reduciría la delincuencia y el crimen,
por tener los ciudadanos capacidad para defenderse.
Los detractores
consideran que los ciudadanos no necesitan defenderse, pues su seguridad es
responsabilidad del Estado. Pero también a esto replican los defensores, para
quienes el Estado tiene un poder de acción limitado. En efecto, es responsable
de la seguridad ciudadana, pero no es responsable de proteger a cada ciudadano,
además de que tampoco es capaz. Por tanto, cada ciudadano ha de tener derecho a
usar un arma, siempre en caso de que el Estado no pueda protegerlo. Este
argumento no está libre de objeción tampoco. El propio hecho de que el Estado
no pueda proteger a cada ciudadano individualmente, es que en los países en los
que hay una regulación estricta sobre la posesión de armas de fuego, sea
necesaria una licencia concedida por las autoridades competentes.
Es también cierto que
muchos ciudadanos no usan responsablemente las armas, y no sólo en el caso de
los criminales. Un ciudadano que no sepa manejarlas puede herir a otra persona
y/o matarla sin intención (ausencia de dolo, atenuante del delito, pero que no
exime la responsabilidad).
De ahí que los lobbies
a favor del libre acceso a las armas promuevan cursos de idoneidad y
perfeccionamiento como requisito para acceder a la tenencia de armas,
constituyendo el uso responsable y de acuerdo al concepto y significado
jurídico de tal Derecho, la razón de ser de los objetivos de tales asociaciones,
como la NRA.
Equilibrio de poder
Otro argumento a favor
de la posesión de armas fue usado por políticos como Madison y Hamilton, que
introdujeron este derecho en la constitución de los EEUU. Un Estado que se
arrogue la seguridad de sus ciudadanos es susceptible de corromperse y volverse
contra ellos mismos.
Todo ciudadano debe
estar en condiciones de enfrentarse al Estado si viola sus derechos. De hecho
las más conocidas dictaduras, desde la Italia fascista hasta la URSS,
impusieron severos controles de armas.
El principal problema
de este argumento, según el punto de vista de sus detractores, es que dicho
argumento pudo ser válido en cierta medida hace dos siglos, pero que hoy en día
es ingenuo y poco realista pensar que una agrupación de ciudadanos armados
podría hacer frente a un ejército profesional moderno incluidos los de los
países considerados militarmente débiles.
Sin embargo, la
resistencia civil en muchos territorios actualmente ocupados por ejércitos, ha
demostrado que esto no es así. Las armas en manos de civiles, si bien no pueden
detener la ocupación territorial, pueden generar un alto coste político y
militar al ejército ocupante haciéndolo deponer su actitud. Las armas en manos
de civiles son por tanto la última línea de defensa de la soberanía que tiene
un país.
El “Derecho a espacios
públicos libres de armas”
El porte legal o ilegal
de armas, conlleva en muchos casos a la deficiencia estatal al “derecho” de
garantizar a otros, espacios públicos libres de armas de fuego y blanca; es
desconocer el derecho a aquella población mayoritaria del planeta que transita
sin armas.
Reconocer el derecho a
poseer armas, es acrecentar el problema y dejar más expuesta a la población que
no sabe utilizar y/o no posee armas, a manos de algunos violentos y algunos de
los armados. Tragedias como la masacre de la Escuela Primaria de Sandy Hook, El
asesinato en Las Vegas y ahora el asesinato en una Escuela de la Florida son
puestas como ejemplo de la vulneración del derecho a no convivir con armas.
FUENTES
Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.
Enciclopedia Quillet
Wikipedia.
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